martes, 29 de marzo de 2016

Insalvable

Me ha costado tanto darme cuenta de que 
eso que suena a roto soy yo...

Y ahora no importa quien abra la puerta
porque nunca eres tú
y mi casa son todas estas cicatrices
que me hablan de ti.

No importa cuántas tiritas ponga
ni cuánto alcohol utilice (ni beba).
Al final un día es un logro si he conseguido no salir.
A buscarte, digo.

Echar de menos recuerdos inventados es lo más patético 
que no he dejado de hacer desde que te fuiste.
Pero es tan difícil abrazar a quien te enciende el alma
sin quemarte...

Me pregunto cuánto valor hace falta
para poner el corazón en la mesa.
Y mirarte a los ojos.
Y afrontar la respuesta.