sábado, 13 de agosto de 2016

Resistiendo

La sonrisa más sincera del día se la he dedicado hoy al chófer del bus
que con su cara de bueno me ha saludado diciendo ¿un día más, eh? (pf, o uno menos).
Una ya no sabe si es mejor estar solo o mal acompañado,
total,
es la misma mierda con distinta cara.

Me doy cuenta de que el egoísmo llena a cada persona
y que en las buenas todo muy bien,
pero en las malas...
a ver quién aguanta como un campeón el chaparrón.

Ya no tenemos a nadie que nos abrace, nos arrope
o nos salve del aguacero en pleno agosto.

Me repito a mí misma que esta es la razón por la que nunca hay que esperar nada de nadie,
pero no se me ocurre forma más triste de vivir que esa.
Así que sumo decepciones a la lista infinita de cosas que algún día acabarán matándome
(o salvándome...).

Buscando el lado positivo, diré que al menos
ha sido un día diez en cuanto a lo de aprender...
aunque estoy cansada, no nos engañemos,
también quiero ganar alguna vez.


martes, 29 de marzo de 2016

Insalvable

Me ha costado tanto darme cuenta de que 
eso que suena a roto soy yo...

Y ahora no importa quien abra la puerta
porque nunca eres tú
y mi casa son todas estas cicatrices
que me hablan de ti.

No importa cuántas tiritas ponga
ni cuánto alcohol utilice (ni beba).
Al final un día es un logro si he conseguido no salir.
A buscarte, digo.

Echar de menos recuerdos inventados es lo más patético 
que no he dejado de hacer desde que te fuiste.
Pero es tan difícil abrazar a quien te enciende el alma
sin quemarte...

Me pregunto cuánto valor hace falta
para poner el corazón en la mesa.
Y mirarte a los ojos.
Y afrontar la respuesta.