miércoles, 13 de marzo de 2019

Cantamañanas

Se ha colado un rayito de sol por la ventana
que viene a contarme que hoy la vida no se acaba.

Estamos corriendo a toda prisa,
no caben más flores en mis manos
y, aún así, recojo cada pétalo,
cada ramo.

Emocionalmente tan fuerte, me dice.
Las heridas cosidas por dentro
no dejan cicatrices
que puedan verse, sentirse.

Pero mejor no me agites
o escucharás el ruido
que hacen los pedazos
de mí.

De sostener tanto,
de callar tanto,
de morir tanto.

Y me pinto la cara sin usar rímel
ni pintalabios.
Porque ni un mal día es posible,
menudo escándalo.

Y se pasan las horas.
Los meses.
Los años.
Y no estás.

Cómo voy a seguir caminando,
cómo voy a encontrar el sendero de vuelta.

Si nunca me fié de las señales,
si nunca creí en nadie.

Coger aire.
Mirarte y decirte:
esta soy yo,
no me claves más cristales.

Si ya no sangro,
si ya no sufro,
si ya no puede hacerme daño...

Acuérdate siempre:
de acero inolvidable,
de carne y hueso solo para ti.

Y el corazón,
por supuesto,
de mimbre.
Y a vivir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario