Hoy he pensado en ti.
Ha sido sin querer.
Sin buscarlo.
Sin pedirlo.
Nos reíamos a carcajadas.
Con sonrisas inocentes
y miradas claras.
Nuestras copas estaban vacías
y mis ojos no podían mirar otra cosa
que no fuera tu boca.
Y yo me preguntaba
cuánto tiempo necesitaría
para arrancarte todos los botones de tu camisa.
Tus dedos y los míos se encontraban,
se tocaban.
Respiro.
Mi mano en tu nuca.
Tu mano en mi espalda.
Suspiro.
Tu lengua. Mi lengua.
Un beso. Otro beso.
Jadeo.
Empiezas a recorrer cada parte de mi cuerpo
y mi piel de gallina arde en deseo.
Me estremezco.
Empiezo a follarte
y tu cuerpo y mi cuerpo se vuelven una constante.
Gimo.
Te siento cerca, dentro, fuerte.
Caliente.
Empiezo a temblar,
no puedo sostenerme...
Hoy he pensado en ti
y al abrir la ojos, un tío quenoséquienera,
pero no eras tú,
se estaba corriendo dentro de mí.
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