miércoles, 13 de febrero de 2019

Enredadera

Lo más difícil es siempre saber por dónde empezar.
Y cómo.
Cómo.
Como una mecha que no prende,
pero nos puede destrozar.
A ti. Y a mí. Que ya no es tu-yo. Ni mío.
Y así nos me va.
Tengo mucho que contarte, pero ya no nos queda tiempo. Ni espacio. Que compartir.
Y echarte de menos se ha convertido en un periplo sinsentido.
Infinito. Color rubí.
Cómo.
Como este dolor en el que me refugio. Intentando encontrar quéséyo, una respuesta. Una salida.
Quitarme el caparazón y mostrar(te) qué soy. Cobarde.
Cómo hemos llegado hasta aquí. Tan alto. Al borde.
Cómo.
Como una de esas sonrisas tuyas. Como perderme en tus ojos. Como decirte que solamente me encuentro si es contigo.
Como gritarle al tiempo: "si salgo de ésta, derribo el olvido".
Cobarde.
Y nunca es tarde si eres tú quien llega,
quien abre,
quien entra.
Y me dices algo del vino. Pero no puedo escucharte.
He vuelto a echar el pestillo. A asustarme.
Ojalá me quieras libre.
Ojalá me quieras.
Para decirte entonces que nunca es demasiado tarde ni suficientemente lejos.
Que te espero donde siempre,
que no hay quien pare esto.

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