miércoles, 27 de febrero de 2019

Preferido

Podríamos hablar de cualquier cosa.
Del tiempo.
Que hace.
Que no.
Te veo.
Podríamos hablar,
quéséyo,
que hay sonrisas que pueden salvarte,
que la vida se arregla si empiezo a contarte.
Que no importa ni dónde ni cuándo
si ciento volando.
Solo con quién.
Que te imagino al otro lado
con cara de bobo
pensando, quizás, qué hacer con tanto descaro.
Que te escribo para decirte que hoy también fui cobarde,
que te eché tanto de menos que quise gritarte.
Que no hay carnaval suficiente
para arreglar este desastre.
Y que a veces,
sólo a veces,
pienso en hacer las maletas y huir a encontrarte.

Podríamos hablar de cualquier cosa.
Pero ahora que te tengo delante, que tus ojos me miran por dentro, que mis manos quieren desnudarte y que mi único deseo es detener este momento... Ahora que he empezado a soltarme, cualquier palabra es insuficiente para decirte que contigo ya no hay miedos y que el camino se nos ha llenado de sueños.

Que sí, que podríamos hablar de cualquier cosa, pero ya no me interesa escucharte. Que voy a comerme el mundo y voy a empezar por tu boca.

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